jueves, 8 de noviembre de 2012

Especial de miedo 4x4



Por que hablar de Dracula Frankestein entre otros?  Venezuela tiene espantos realmente espeluznantes que apostamos muchos de los que te nombramos acá quizás ni los conocías.



La leyenda original de La Sayona
Esta narra básicamente la historia de una mujer muy celosa llamada Casilda, que mató a su esposo y a su madre, pensando que estos tenían un romance. Su madre, en la agonía de la muerte, la maldijo, diciéndole "Sayona serás para siempre, y en nombre de Dios, que así sea". Desde ese entonces su alma en pena vaga sin descanso ni paz, persiguiendo a los hombres infieles para conquistarlos y luego matarlos. Otra de las leyendas dice que era una mujer enamorada apunto de casarse y seria madre dentro de poco. Pero ocurrió que su novio cuando fue a la guerra falleció. Luego Tuvo su hijo y unas semanas después ella falleció por depresión. Se dice que muchas veces se le ve por allí en el campo llorando por su novio.
En San Fernando capital del Estado Apure y de acuerdo con las creencias populares que se han mantenido durante el tiempo por tradición oral, se dice que hay una mujer que espanta a los hombres libertinos. Por lo regular, esta dama se presenta llorando y gritando por la muerte de su hijo, toda vestida de blanco como un anima, para luego iniciar la persecución del hombre hasta dejarlo en un estado de shock. Los sabios llaneros al contrario de los que podría pensar, aconsejan no rezar en el momento de su aparición, sino fumarse un cigarrillo o una cuarta de tabaco en rama. Por eso el llanero cuando va por los montes, siempre lleva un tabaco entre sus cosas, y valga la redundancia “para espantar al espanto”. Esta leyenda de la llorona a la que también le dicen “La Sayona”, tiene diferentes versiones y está extendida por todo el territorio. Es una leyenda que se cuenta en toda Latinoamérica, con versiones muy diversas pero con la misma esencia 
El Silbón.
Se trata, según la leyenda, del fantasma de un joven que asesinó a su padre y lo destripó por no traer las tripas de venado que había pedido . Tras este hecho su abuelo mandó a atar al el joven a un poste, en el medio del campo, destruirle la espalda a latigazos y lavar sus heridas con gin, y liberarlo junto a dos perros hambrientos y rabiosos. Antes de liberarlo su abuelo lo maldijo y condenó a portar los huesos de su padre por toda la eternidad.
Tiene un silbido característico que se asemeja a las notas musicales do, re, mi, fa, sol, la, si, en ese mismo orden subiendo el tono hasta fa y luego bajando hasta la nota sí. Se dice que cuando su silbido se escucha muy cerca no hay peligro, ya que el silbón está lejos, pero si se escucha lejos es porque está muy cerca. También se dice que escuchar su silbido es presagio de la propia muerte. Puede estar en cualquier sitio en cualquier hora. Tal parece que si sientes el silbido de lejos lo único que puede salvarte es el ladrido de un perro, ya que parece que es lo único que le aterra. El suele vengarse de los hombres "mujeriegos"

Laguna Santa María

Esta laguna que queda en el centro poblado El Cochino en el estado Apure, dicen los pobladores de la región que está encantada. Por ella los que se atreven a caminar sus riveras han visto pasar a una mujer muy hermosa flotando sobre el agua, vestida toda de blanco, con sus cabellos negros y muy largos, y que se lleva consigo a pescadores y bañistas a su inframundo. También cuenta la gente que se han perdido embarcaciones que han surcado sus aguas; como barcos, canoas, y botes de pescadores. La laguna está totalmente cercada de monte y la gente tiene terror de acercarse a ella. 

Leyendas de El ahorcado de la ceiba y El Samán llorón 

Es una historia que se cuenta en todo el estado, especialmente en la capital San Fernando donde se dice que ocurrieron los hechos que dieron origen a la aparición de este espanto. Narra la leyenda que en el árbol de ceiba, ubicado en la calle Diana, frente a la cárcel pública de San Fernando, un hombre quiso ahorcarse. Luego de haberlo hecho, se arrepintió y pidió auxilio. Nadie lo pudo salvar. Se dice que por las noches este personaje se aparece gritando: "Caigo o no caigo", espantando a todas las personas que se atreven a pasar cerca del árbol. Muchas veces los zagaletones del lugar, apuestan por la valentía de quien se atreva a pararse bajo el árbol, en la noche oscura de la luna nueva. Esta leyenda se une también a la de El samán llorón, los habitantes de San Fernando aseguran que un joven se ahorcó en un samán a comienzos del año 1920 por motivos amorosos. Con el pasar de los años, se corrió el rumor que a partir de la medianoche se oían quejidos y llantos en el samán. Desde entonces, cada persona que camina por sus alrededores a la medianoche sale espantada.

Leyenda de El santo del Jobal 

En el centro poblado El Recreo, justo en la carretera nacional que conduce a Arichuna, hay una creencia muy respetada por los pobladores de la zona, de acuerdo a la tradición oral, todo comenzó cuando uno de los habitantes de la localidad cortó una rama del palo de orare que crecía en el patio trasero de su casa y clavó la horqueta en el piso de la cocina para atraer la buena suerte, practica muy común por esos lares. Al poco tiempo, comenzó a manar por varios sitios la resina de la corteza de la rama pero, en la medida en que fluía, esta resina se iba endureciendo hasta formar una especie de perlitas doradas que posteriormente se juntaron hasta conformar una bola del tamaño del puño de un hombre. Esta bola lucía traslúcida, de un color dorado claro brillante, y con el pasar del tiempo llegó a adquirir la forma de un niño, dorado y luminoso, con aureola y vestiduras, un poco más grande que la mano de un individuo. Los pobladores creen que este niño aparecido es el “Divino Niño del Jobal”.

Leyenda de la mata del mato 

Esta leyenda del Apure, cuenta la historia de un opositor del general José Antonio Paéz, llamado Manuel Cadenas, quien estaba haciendo contrabando de dinero en morocotas de oro que transportaba en seis mulas cuando fue descubierto y asesinado. Se supo luego que había enterrado el oro en un claro de sabana denominado Laguna Blanca, cerca del Tigrote. Se dice que como Cadenas nunca fue bautizado, llora por las noches buscando quien desentierre su tesoro para poder el salir del purgatorio. Aunque el llanero es recio y valiente, también le tienen respeto a esos aparecidos, por lo que cuando lo encuentran en lugar de preguntarle por el entierro, lo espantan rezando un Padre Nuestro y un Ave María mientras recitan la frase “Favor con condición no es favor”.
Leyenda de Juan Machete

Una de las leyendas más famosas de San Fernando nos cuenta de un hombre que quería ser el más poderoso de la región, su nombre era Juan Francisco Ortiz, conocido como el amo y señor de las tierras de La Macarena. Cuentan que una vez Juan habló con el diablo, y éste le dijo que si le arrancaba los ojos a un sapo y a una gallina, y luego los enterraba vivos un viernes Santo, a las doce de la noche, en un lugar donde nadie los encontrara, sus negocios iban a prosperar. Juan obedeció la encomienda, y posteriormente sus riquezas fueron aumentando, hasta llegar a ser uno de los ganaderos más pudientes de la zona. Sorpresivamente la situación de Juan cambió porque cada día iba desapareciendo su ganado y su poderosa riqueza iba quedando en ruinas. Preocupado por el escenario que estaba viviendo decidió arrepentirse y cortar con el pacto que hizo con el diablo; enterró el dinero que le quedaba y repentinamente desapareció entre la selva. Después de este suceso los habitantes aseguran ver a un hombre deambulando y vomitándole fuego a todo aquel que intente sacar el dinero que le pertenecía a Juan. Esta es una de las historias más conocidas del llano ha sido cantada por coplero, los brujos de llano lo llaman “Don Juan del dinero”.

EL ESPANTO DEL TICOPORO

Dicen que en las cercanía del río Ticoporo, ubicado muy próximo a Ciudad Bolivia, solía hace mucho tiempo ocurrir una cosa inaudita, poco creíble, pero que sus referencias saltaba de boca en boca entre los parroquianos que residían en las comunidades rurales de Sabaneta, Mijaguas, El Banquito, El Aceituno, Banco Alto y Las Piedras. Sin embargo entre los nuevos residentes de esas comarcas no se escuchan narraciones que relaten acontecimientos recientes vinculados al Espanto del Ticoporo. Muy pocos ancianos relatan los escándalos a que fueron sometidos estos caseríos, pero todos ellos muestran un brillo fulgurante en sus ojos y recuentan añejas andanzas en las que se enteraron de la supuesta aparición del espanto.
Parece ser que por aquellos tiempos, hace muchos años, algún transeúnte que se desplazaba en bicicleta, en horas cercanas a la medianoche y en la oscuridad, por una carretera llena de piedras y arena en la que estaba colocado un puente sobre el río Ticoporo, sentía de manera sorpresiva y en silencio que la carga de alguien sin su consentimiento subía en plena marcha sobre la parrilla de su vehículo y lo acompañaba durante el recorrido de un trayecto que la mayoría de las veces alcanzaba unos trescientos metros de distancia. Comentaban los que sabían del cuento que el asustado conductor de la cicla trataba de observar en medio de la oscuridad y del susto la presencia visual de alguien, pero sus intentos eran vanos. Por supuesto que el susto se hacía cada vez mayor a medida que cubría el trayecto con un peso superior al suyo, pero la supuesta persona bajaba sin despedirse ni dar las gracias a los pocos metros, quedando el infortunado ciclista lleno de pavor y encomendándose a los Santos del Cielo.

Otros dicen que el Espanto del Ticoporo corresponde al alma en pena de un pobre hombre que fue asesinado en el sitio donde está colocado el puente sobre el río del mismo nombre cuando deambulaba sin precaución por la carretera. Juran que para evitar los eventuales ataques del extraño acompañante se recomienda llevar escapularios y rezar un Padrenuestro al atravesar el río.

LA CARRETA

En ciudad Bolivia, la capital del municipio Pedraza, todavía existe la creencia en un número significativamente cuantioso de personas de la presencia en las noches de las calles solitarias, con oscuridad o sin ella, de una fantasmal figura integrada por una carreta que viaja a veloz carrera por la calzada pública produciendo con sus oxidados ejes un ruido ensordecedor y macabro que penetra por el oído y llega hasta los huesos. Aseguran quienes han creído haberla visto que el conductor de la carreta es un viejo andrajoso y harapiento que fustiga frenéticamente con su látigo a un negro y extraordinariamente flaco caballo que suelta llamaradas de fuego por las aberturas de la nariz y el hocico, y que además sus herraduras echan chispas de candela cuando sus sonoros cascos revientan el piso de la calle. Sostienen los que dicen haber sido sorprendidos por la repleta carreta de la muerte que la carga que trasporta hacia el cementerio de la ciudad está integrada por hombres, mujeres y niños que emiten espeluznantes quejidos de moribundos.
Pero el espanto no se le aparece a todo el mundo. A muy pocos parroquianos les ha asustado la fantasmagórica figura en las noches oscuras. Algunos aseguran que la carreta que asusta solamente se les aparece a los borrachos cuando deambulan solitarios por la vía pública en horas de la madrugada al momento que regresan de sus parrandas. Los mujeriegos empedernidos, los mentirosos consuetudinarios, los que suelen ser infieles a sus esposas o maridos, los que amparados en las sombras de la noche cometen cualquier tipo de delito, son a quienes La Carreta les hace pasar algún mal rato. A los hombres, mujeres, niños y niñas que tienen buen comportamiento no se les ha aparecido la diabólica figura, ni han escuchado alguna vez los escalofriantes chirridos de los ejes de la infernal carreta.

LA BOLA E´ FUEGO

Cuentan los viejos llaneros de Pedraza que por las noches, en la inmensidad del llano, solía aparecérseles una extraña y grande figura de fuego en forma de bola flotando a pocos metros de altura de suelo, que se les acercaba y alejaba, causándoles miedo y terror. Dicen que en las sabanas de Curbatí, Anaro, Maporal, Mata Escondida, Soropo, Canaguá, Suripá y Palmasola, especialmente en épocas de verano, aparece este espanto que persigue a los que andan solitarios por los caminos sabaneros. Algunos relatan como ciertos los frecuentes sustos que la Bola e´ Fuego causa a los caminantes en las noches sin luna.
Los narradores de la leyenda del espanto de la Bola e´ Fuego aseguran que ella resultó de un fiero pleito a machetes que protagonizaron dos compadres de sacramento por una disputa sobre linderos de tierras. Comentan que una vez, hace mucho tiempo, un par de compadres estaban involucrados en una agria discusión por diferencias en torno a la ubicación de los límites de sus propiedades. La discusión alcanzó niveles ofensivos, a ambos vecinos los invadió la ira. Se armaron de filosos machetes y entablaron una peligrosa pelea cuando apenas era media tarde de un día domingo. Los lances violentos se prolongaron sin interrupción ni descanso hasta que el sol mostraba sus últimos rayos; muchas heridas se ocasionaron en sus cuerpos con las herramientas convertidas en armas mortíferas, de las que brotaba mucha sangre. Cuando estaba a punto de caer la noche en el lugar de la disputa chocaron por última vez los machetes en el aire, produciéndose una chispa de candela, y acto seguido cayeron ambos cuerpos sin vida en medio de un charco de sangre. De inmediato esa chispa de candela se convirtió en una enorme bola de fuego que se alejó rápidamente en el horizonte.
Dicen que esa figura de fuego en forma bola son las almas en pena de esos compadres que vagan por la sabana en busca de alguien que se apiade de ellas y eleve plegarias al Creador por su definitivo descanso. Aseguran algunos que la Bola e´ Fuego se acerca al caminante solitario, y que éste debe maldecirla porque cualquier rezo la atrae. También comentan que una forma segura de evitar su persecución es desplazarse llevando un cabo de soga arrastrando por el suelo, o desmontarse del caballo y tenderse boca abajo en el camino hasta que se aleje.
Se ha escuchado decir que las bolas de fuego realmente existen, y que corresponde a un real evento físico producido por la fricción de dos corrientes de aires que viajan por la sabana a gran velocidad en sentido contrario, y que al producirse en horas de oscuridad permite observarse de diferentes dimensiones. Algunos han llegado a decir que ellas son producto de gases originados por la descomposición de materias orgánicas en el fondo de los esteros de las llanuras. Sea lo que fuere, la conseja popular enseña con esta leyenda que deben evitarse las peleas entre los vecinos, además de respetarse el sacramento del bautismo.

En esta Ruta pueden encontrar más información sobre los espantos venezolanos y Los créditos son para